Según informes de medios extranjeros, el cráter Jezero finalmente fue seleccionado como el lugar de aterrizaje para la sonda Perseverance porque las imágenes satelitales mostraban que alguna vez fue un lago antiguo. Los científicos de la NASA ahora han encontrado evidencia más directa de cuán acuoso solía ser el sitio, con imágenes tomadas por la sonda que muestran signos de inundaciones repentinas.
Si bien el Marte moderno es muy seco, ese no siempre fue el caso: hay una creciente evidencia de que el Planeta Rojo era mucho más azul hace miles de millones de años, con océanos, ríos, lagos y posiblemente incluso vida. Encontrar evidencia de esto es un objetivo clave de la misión Perseverance, razón por la cual se eligió el cráter Jezero.
Las imágenes orbitales sugieren que el cráter de 49 kilómetros (30 millas) de ancho fue una vez un lago, alimentado por un río desde el noroeste. Por lo tanto, el borde noroeste del cráter parece ser un delta de un río, un sedimento en forma de abanico que se ha ido acumulando a lo largo de los años. En el nuevo estudio, las observaciones del rover de estas estructuras confirmaron en gran medida esas especulaciones.
Después de que Perseverance aterrizó, comenzó a fotografiar sus alrededores, incluida una serie de acantilados empinados a unos 2,2 kilómetros al noroeste y una pequeña colina apodada Kodiak al suroeste. Usando sus instrumentos Mastcam-Z y Remote Micro-Imager (RMI), Perseverance pudo obtener imágenes de estas capas de roca y sedimento.
Sin duda, las rocas cuentan una historia de agua. Las capas de sedimentos al este de Kodiak y la parte inferior de la cicatriz al noroeste coinciden con lo que se esperaría de un delta de río en la Tierra.
“Nunca antes se habían visto formaciones tan bien conservadas en Marte. Esta es una observación clave que nos permitió confirmar permanentemente la existencia de un lago y un delta del río en Jezero”, dijo Nicolas Mangold, autor principal del artículo sobre el estudio.
Los científicos encontraron pistas adicionales en la parte superior de la cicatriz. Rocas y rocas más grandes estaban esparcidas allí, algunas de hasta 1,5 metros de ancho, lo que sugiere que las aguas de la inundación las arrastraron desde el exterior del cráter. El equipo estimó que el agua tendría que viajar entre 6 y 30 kilómetros por hora.
En general, la evidencia sugiere que los lagos que llenaron el cráter Jezero estuvieron bastante activos durante su ciclo de vida, con niveles de agua subiendo y bajando entre inundaciones y calmas.
El equipo dijo que el nuevo estudio informará las próximas misiones, incluso a dónde irá Perseverance para recolectar muestras. En última instancia, el objetivo es enviar muestras a la Tierra, donde se dispondrá de instrumentos más potentes para buscar signos de vida antigua.
Sanjeev Gupta, coautor del artículo sobre el estudio, dijo: “El material más pequeño en el fondo del delta puede contener nuestra mejor apuesta para encontrar evidencia de compuestos orgánicos y firmas biológicas. Las rocas en la parte superior nos permitirán tomar muestras de trozos más antiguos. de rocas de la corteza. Ambos son objetivos principales para muestrear y almacenar rocas antes de que regrese el muestreo de Marte”.